Entrando en el software privado

Aunque he hecho varios programas para mi empresa, estos siempre han sido sistemas internos; pero ahora me ha llegado una oferta, que he aceptado sin pensarlo dos veces, para trabajar en un sistema que sí es comercial, y que es privativo. La verdad es que no me dolió nada, y creo que debería, tanto como soy defensor del software libre, como forma de compartir el conocimiento, y pienso que la programación de codigo cerrado realmente limita el conocimiento además de que se limita a sí misma; no obstante, repito, acepté el trabajo y además me siento contento y con ganas de empezar. Y todo porque el trabajo en sí me interesa, la programación que hay que hacer, las cosas nuevas que tengo que aprender, todo eso arrincona y vence a los remilgos ideológicos.
Según me dice mi empleador no podré divulgar nada de lo que vea del código de la empresa, de hecho me van a hacer firmar un documento que me compromete a no hacerlo, y lo firmaré, pues en definitiva es su código y lo tratan como les de la gana, lo firmaré aunque me duela, y me morderé la lengua antes de decirles que quizas sea buena idea liberar el código, pues ellos tienen su modelo, y parece que les va bien.
Por otra parte, y esto es lo que no consideran mucho en los debates ideológicos, pagan bien, sí, soy un vendido, o quizás no tanto, mas bien un alquilado.
Hago mal? Me estoy prostituyendo?
No creo, eso sería un extremismo, quizás me niegue a acusarme de ninguna manera debido a esta alegría que siento por comenzar es proyecto, un proyecto que al fin me saca de los sistemas de gestión, un proyecto que me obliga a usar herramientas de microsoft, que me obliga a dejar mi amado linux por un tiempo; pero un proyecto que me hará regresar a las aréas de la programación que luego de mi tesis no pensé regresar.

Hasta que punto estamos dispuestos a sacrificar nuestro presente, nuestra satisfacción por unos ideales? Y no hablo del futuro, que para eso sí están los ideales.

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